ANTAHKARANA
Antiguo Símbolo de Sanación
Se dice que cuando se traza sobre un papel un diseño determinado, las líneas que contiene éste, comienzan a provocar un efecto psicológico en el espacio circundante, llegando inclusive a influenciar tanto el aura humana como los chakras. Dependiendo del diseño creado, será la manera en que este dibujo provoque su efecto. Tal es el caso del Antahkarana, símbolo utilizado durante milenios por los monjes tibetanos.
Antahkarana es un antiguo vocablo sánscrito que significa telaraña de luz. Este interesante símbolo nos conecta mutuamente a todos como una especie de red macrocósmica. También es utilizado como un elemento de armonización y meditación. Por lo regular, se le representa en color violeta por su alta vibración, pero en ocasiones también se le suele emplear en color azul.
Al hacer trabajos de sanación, enfoca y potencializa las energías curativas, simplemente al tener presente el símbolo en el mismo cuarto. Ayuda al flujo de energía por el cuerpo. Armoniza las energías sutiles de las personas expuestas a este símbolo, como las del aura y los chakras. Basta con tenerlo en una habitación para que las energías del lugar se armonicen. No es necesario que la persona recibiendo la sanación lo vea. Tampoco es necesario que esté a la vista en una habitación para armonizarla.
El tiempo que observes el Antahkarana no es tan importante como la magnitud del impacto emocional que puede crear en ti. Puedes practicar la órbita microcósmica al observarlo.
Este símbolo tiene dos variantes: la más pequeña, con líneas más gruesas es el masculino (ver dibujos arriba). Esta forma es más directa y potente. Se suele usar en meditación, en los mandalas de cristales de cuarzo y para recordar sueños.
El más grande, con líneas más finas, es su variante femenina y produce sanación en una manera más sutil y amorosa. Se suele usar en sesiones de Reiki y para fortalecer tanto el aura y las frecuencias vibratorias de los campos energéticos del individuo.
También tiene útiles aplicaciones en:
• En iniciaciones de Reiki 3 y la Maestría de Reiki.
• En mandalas de cristales, también llamadas parrillas de cuarzo.
• Para limpiar objetos como joyería o cristales y habitaciones, haciendo que la energía sea más armoniosa.
• Para ayudar a recordar sueños cuando se pone debajo de la almohada antes de dormirse.
• En una sesión de Reiki, poniendo el Antahkarana debajo de la camilla.
• Puesto debajo de los pies para ampliar el aura y durante la meditación.
• También puede ayudar la circulación de energía y de ese modo acelerar el desbloqueo y limpieza de los chakras.
• Mientras se contempla el Antahkarana, imágenes y recuerdos pueden venir a tu mente.
En ocasiones surge la interrogante de cuál de las dos versiones de este símbolo es la más indicada a utilizar…deja que tu intuición decida.
USOS DE LA PARRILLA
Una vez que tengas tu parrilla de cuarzos, puedes poner debajo de ésta, tus deseos o decretos por escrito, el nombre de la persona a quien se desea sanar ó desearle un bien.
Puedes sanar un sentimiento o un pensamiento negativo, haciendo una pequeña meditación. Trata de ponerle un nombre a ese pensamiento o sentimiento, intenta visualizar en qué parte de tu cuerpo se encuentra y después llévalo al centro de tu parrilla. Qué forma tiene?, tamaño?, peso?, olor?, sabor?, etc.
No luches con ese sentimiento o pensamiento negativo, tan solo deja que la energía generada por tu parrilla disuelva y transmute todo eso que no te deja crecer material y espiritualmente.
MEDITACIÓN CON EL ANTAHKARANA
Para meditar colocamos el símbolo delante nuestro a la altura de los ojos, a una distancia que resulte adecuada para nosotros. Elegimos nuestra posición de meditación más cómoda y fijamos la vista en el centro del símbolo.
Practicamos una respiración purificadora. Si nos gusta meditar con mantras, un mantra tibetano es lo más adecuado, como por ejemplo "Om Mani Padme Hum" que repetiremos en forma lenta y pausada durante la meditación.
Cuando aparezca la necesidad de cerrar los ojos, lo hacemos y seguimos la meditación con la imagen mental del Antahkarana, dejando que el símbolo nos eleve a planos superiores. Si nos cuesta mantener la imagen, volvemos a abrir los ojos unos minutos y fijamos nuevamente la vista, repitiendo el ciclo anterior.